Informalidad laboral e incumplimiento de Ley SST causa accidentes mortales de trabajadores

La muerte de 27 mineros en Arequipa ha enlutado a la clase trabajadora y nos invoca a reflexionar sobre la seguridad y salud en el trabajo, en un país donde los trabajadores mueren asfixiados en pozos sépticos, carbonizados en contenedores o aplastados por derrumbes.

Desde la visión internacional, la OIT ha llamado la atención al Gobierno y empresariado señalando que “los accidentes de trabajo son casi siempre evitables”, y hasta la derechista agencia de noticias Bloomberg ha señalado que el fatal suceso “ha puesto en evidencia el deficiente historial de seguridad y salud en el trabajo en Perú, mayor productor de oro en Sudamérica”.

Es sintomático que en un país donde la presidenta de la República niega su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad durante su mandato los empresarios nieguen su responsabilidad cuando los obreros mueren en su lugar de trabajo; sobre todo cuando se trata de empresas tercerizadoras, como sucedió en el incendio de la mina Yanaquihua.

Hace unos años, ante la recurrente muerte por accidentes en construcción civil, la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) y la CGTP impulsaron la Ley General de  Seguridad y Salud en el Trabajo, pero por presión empresarial las autoridades retiraron de la ley la responsabilidad penal ante muertes por negligencia empresarial.

Desde 2000 a la fecha, los fallecidos en minas formales son 1193, de acuerdo al Ministerio de Energía y Minas. Tamaña cifra no es producto del descuido de los trabajadores, sino de la sistemática negligencia que se vive en las minas, en particular, y los centros de trabajo, en general, en materia de seguridad y salud. Por ello, si queremos conservar la vida de los trabajadores, es necesario devolver la responsabilidad penal para los empresarios cuya negligencia tenga consecuencias fatales.

Por: Luis Villanueva Carbajal
Secretario general de la FTCCP