Jornada laboral de ocho horas requiere mayor fiscalización
En enero de 1919, los trabajadores lograron que se establezca por decreto supremo la jornada laboral de 8 horas en el Perú, tras una serie de protestas que tuvo como primeros mártires a los trabajadores Florencio Aliaga (1904, Callao) y Andrés Vilela (1915, Lima).
Hoy, a 106 años de esa gesta, muchos peruanos trabajan más de 8 horas diarias, sobre todo en empleos informales o precarios revestidos de formalidad, algunos ganando por debajo de la remuneración mínima vital, en trabajos de sobrevivencia debido a la ineficacia del Estado en el combate contra la pobreza, el alza del costo de vida y la informalidad.
Para combatir la explotación y la precariedad laboral, es importante empezar por la informalidad. La Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) tiene un ejemplo exitoso. Desde que se conformó el Comité de Formalización en Construcción Civil, con la FTCCP, CAPECO y CONA, se inició un trabajo coordinado con diversos ministerios, gobiernos regionales, SUNAFIL, entre otros actores, incidiendo en la fiscalización laboral.
El fruto de esos esfuerzos es que se incrementó el número de trabajadores formales, los que gozan de horas establecidas de trabajo y el pago de sus haberes con boleta de pago. Así, de una media de 90 mil obreros en planilla al mes en 2023 pasamos a una media de 140 mil al mes a fines de 2024.
Sin embargo, el producto del trabajo de ocho horas y la formalidad establecida peligra ante empresarios que obligan a trabajar más horas sin reconocimiento de las horas extras y las bandas criminales que cobran cupos por dejar trabajar, es decir, exigen parte de esas horas de trabajo, o asesinan a quien se niegue a la extorsión.
Debemos combatir la informalidad y explotación, por un lado, y luchar contra el crimen organizado, por otro, el enemigo común de trabajadores y empresarios, que nos roba los salarios o la vida ante la ineficiencia de las autoridades del Estado.
Por: Luis Villanueva Carbajal
Secretario general FTCCP
En enero de 1919, los trabajadores lograron que se establezca por decreto supremo la jornada laboral de 8 horas en el Perú, tras una serie de protestas que tuvo como primeros mártires a los trabajadores Florencio Aliaga (1904, Callao) y Andrés Vilela (1915, Lima). - Luis Villanueva Secretario general de la FTCCP